¡Hacia la Transición!
Eduardo J. Barrios P.
Caracas, 10 de febrero de 2012
Venezuela vive uno de sus momentos estelares como nación. En pocas horas se definirá el rumbo político de la oposición venezolana, seleccionando mediante un proceso inédito de elecciones primarias abiertas, al líder para confrontar al proyecto ideológico del Socialismo del Siglo XXI.
El 12 de febrero marcará un antes y un después, no hay vuelta atrás, se iniciará un proceso político estructurado hacia la democracia: ganar, cobrar y gobernar. La fortaleza del proceso que se iniciará luego de los resultados comiciales, es que se tendrá un líder opositor unitario para enfrentar al actual presidente y lo que él representa. Pero también desnudará otras cosas. El mismo representa la madurez de un liderazgo político que accede por muchas razones a “unirse”, particularmente por su supervivencia.
Participaran en estas primarias cinco líderes reconocidos: Diego Arria (73 años), Pablo Medina (64 años), María Corina Machado (44 años), Pablo Pérez (42 años) y Henrique Capriles (39 años). Los estudios de opinión reflejan que existe una polarización entre dos de ellos y las encuestadoras señalan que Capriles tiene la más clara opción de triunfo. Sin embargo, ninguno de los dos, Pérez o Capriles, pueden cantar victoria sin pasar por el cedazo de la medición popular, quien tendrá la última palabra.
Si Capriles resulta el ganador, el rompimiento generacional con el estamento político del pasado se consumará. COPEI y Acción Democrática, enfrentaran sus demonios internos y tendrán que renovarse, desaparecerán o quedaran como lo que son, Partidos Históricos rechazados o aceptados por una sociedad que les endilga todo lo malo pero no lo bueno, de su pasado político.
Al contrario, si Pérez es el ganador, la oportunidad tanto para la nueva generación como para el liderazgo curtido, será incluyente y los cambios necesarios en el seno de los partidos que participaron en este inédito proceso, se realizarán mas temprano que tarde. No hay manera de frenar la evolución natural.
El importante paso del 12F, es el camino al 7 de octubre. Allí se definirá el futuro de los venezolanos. Quien resultare ganador de las primarias, ira con mucha fuerza y apoyo popular a confrontarse por la Presidencia de la República, con un carismático y autócrata líder sin escrúpulos de ninguna naturaleza.
Si gana el continuismo, el proyecto del Socialismo del Siglo XXI que no es mas que una política de estado, de: igualarnos a todos hacia abajo; remplazo del sector productivo privado por el público; la sustitución de la propiedad privada por la comunal; la educación privada por la ideológica pública; el entreguismo del país al comunismo cubano y al chino, entre otras, se profundizará. El comunismo se afianzará en el país y por primera vez, surgirá de la voluntad de una expresión popular.
Si triunfa la democracia, el proyecto estructurado se iniciará sí quienes tienen el espíritu de desconocer la voluntad popular, dan un paso en falso por ese camino, cobrar será inminente. La calle será pequeña para albergar a millones de venezolanos exigiendo el respeto a su decisión. La Transición, se iniciará. Es decir, la Transición Política necesaria durante el cambio de un sistema por otro. Es natural que en este tipo de transiciones, convivan en los primeros momentos, elementos de ambos regímenes (por ejemplo: se mantienen los jueces del TSJ, la misma Asamblea nacional, entre otras situaciones semejantes).
Los venezolanos tenemos una cita con nuestro destino, solo nosotros tenemos la ultima palabra. Nos estamos jugando a Rosalinda, que como en el inmortal poema de Ernesto Luis Rodríguez y que en este fragmento en su verso final, retrata nuestra preocupación y animo:
Vino un joropo llanero,
se puso lindo el caney.
Yo jugué mi araguaney,
mi cobija y mi sombrero;
perdí todo mi dinero
-me quedé sin un centavo-,
y para sacarme el clavo
con los nervios amargados,
en la ley de un par de dados
se la jugué a un indio bravo.
Se amontonaron los peones
para ver quién la ganaba;
cada fibra me saltaba
de los soleados pulmones;
se ovillaron mis canciones
en los silencios ignotos,
y dije entre sueños rotos:
"voy jugando a Rosalinda",
¡y el dado en la noche linda
me devolvió mis corotos!...
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